Un canto en la tierra de los vivientes

Editorial: Un canto en la tierra de los vivientes
Este es un salmo precioso de confianza en medio del dolor. El dolor no podemos evitarlo, no podemos evitar despedirnos de un ser querido, no podemos evitar llorar cuando perdemos a un ser amado. Vamos a sufrir, vamos a enfrentar la muerte muchas veces, pero de lo que podemos estar seguros es que Dios va a estar a nuestro lado. David López

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Poco sabíamos cuando inició la pandemia a lo que nos íbamos a enfrentar. Por más que quisiéramos no hay un Salmo para una pandemia, no existe el salmo del COVID. Pero si podemos encontrar salmos donde el autor se sentía como nosotros. Y este es el caso del Salmo 116: 

El dolor y el sufrimiento son parte de la vida. 

Por más que deseemos con todo nuestro ser no sufrir, nada podemos hacer para garantizarnos que así será. Es más, la Biblia nunca niega el dolor y el sufrimiento, y lejos de querer abordar las razones del porqué del sufrimiento y concluir fríamente que es culpa del pecado. El Salmo 116 es un salmo de dolor y sufrimiento. El salmista usa estas palabras para expresar su dolor y sufrimiento:

  1. La muerte me envolvió en sus cuerdas. Los terrores de la tumba se apoderaron de mí.
  2. Lo único que veía era dificultad y dolor. 
  3. Estaba afligido. 
  4. Estaba lidiando con la ansiedad. 

El compositor del salmo 116 comprendía muy bien el dolor y el sufrimiento. El pasaje no nos da el contexto de lo que estaba atravesando, pero sin duda que estaba en una situación difícil, donde sintió que la muerte lo enredó en sus cuerdas. Sintió la muerte respirándole en el cuello. Pero este salmo no es solo un salmo de sufrimiento y dolor, que nos deja tumbados en la desesperanza. Este es un salmo de esperanza en medio de sufrimiento. Podemos decir entonces que:

En medio del dolor y el sufrimiento, nuestra esperanza está en Dios. 

El salmista va a detallar las razones porque Él ama al Señor a pesar del sufrimiento y del dolor que está experimentando. Va a darnos las razones por las que aún en medio del dolor, él puede expresar esta declaración de convicción del Señor. La primera de estas razones está en el versículo 1. 

  • Porque me escucha. (v. 1,2)

El escritor usa dos verbos diferentes para abordar esta idea de Dios que escucha. Primero usa la palabra escucha, esta es la acción de cuando el Salmista habla, Dios escucha. La segunda frase dice “ha inclinado”, esta viene de la palabra hebrea natah, que significa doblarse o girar hacia un lado. Es decir, cuando el habla el Señor se gira, se dobla para escuchar. Esta imagen da a entender que Dios escucha con atención, Dios deja de hacer lo que está haciendo para escuchar con atención lo que el Salmista está diciendo. 

  • Porque me rescata (V. 3-6; 8-11)

Podemos sentir cuán reales son las palabras que el autor utiliza. El salmista está diciendo: cuando me vi atado por la muerte, cuando los terrores sobre la tumba se apoderaron de mí, cuando lo único que podía ver era dolor y dificultad, invoque al Señor; él me rescató de la muerte, quitó mis lágrimas de mis ojos y libró mis pies de tropezar. Cómo no alabar al Señor por su protección. Por eso el versículo 5 dice: ¡Qué Bondadoso es el Señor! ¡Qué bueno es él! ¡Tan misericordioso, este Dios nuestro! 

Que maravilloso canto. Este salmo tiene mucha lógica. Estuve en peligro de muerte, vi la muerte a los ojos, pero el Señor, oh que bueno ha sido el Señor conmigo. Esto me lleva a pensar en un principio: Cuando solo vemos las cosas con ojos terrenales, el miedo y el temor se apoderan de nosotros. Cuando recordamos las bondades de Dios, podemos alabarle aún en medio del dolor y el sufrimiento. El versículo 7 dice: Que mi alma descanse nuevamente, porque el Señor ha sido bueno conmigo. 

Este es un Salmo maravilloso, pero no termina ahí el Salmo. El versículo 12 registra una pregunta que el Salmista se hizo a sí mismo: ¿Qué puedo ofrecerle al Señor por todo lo que ha hecho a mi favor? 

En medio del dolor y el sufrimiento, debemos alabar a Dios. 

La adoración que no se transmite en acciones concretas es simplemente ruido. El Salmista ofrece tres formas en las que podemos retribuir la bondad de Dios a nuestras vidas: 

    • Proclamar sus beneficios: La copa tiene un sentido de abundancia. Recuerda el Salmo 23: “mi copa está rebosando” y la parte de salvación en el texto original está en plural, salvaciones; otra forma de decirlo sería liberaciones. Es decir, el salmista está diciendo recordaré, proclamaré la abundancia de tus liberaciones. 
    • Cumplir mis votos: Cuántos no hemos dicho lo siguiente alguna vez: Señor si me sacas de esta, si me provees esto, si haces esto yo te prometo que… y acompañamos la petición con una promesa. 
    • Alabar su nombre: A veces tendemos a pensar que para Dios es una muerte más, como que a Dios no le importará. Pero el salmista está diciendo que al señor le conmueve profundamente, es decir para el Señor no son anónimos. Él sabía lo que sucedería y eso le da valor a la situación. El doctor Swindoll dice: “Nadie del pueblo de Dios pasa de este mundo al siguiente sin que Dios lo sepa. Cuando mueren, él está presente en ese momento de la muerte.”

Cuan cercano es este salmo a lo que hoy vivimos. Algunos de nosotros se han despedido de familiares en medio de esta pandemia, muchos hemos vivido con ese temor de saber que no podremos despedirnos de algún familiar si algo le pasa. Pero en medio del dolor y del sufrimiento el Señor está presente. En medio del dolor y del sufrimiento el Señor es digno de ser alabado. El versículo nueve dice en la Reina Valera: Andaré delante de Jehová En la tierra de los vivientes.

Este es un salmo precioso de confianza en medio del dolor. El dolor no podemos evitarlo, no podemos evitar despedirnos de un ser querido, no podemos evitar llorar cuando perdemos a un ser amado. Vamos a sufrir, vamos a enfrentar la muerte muchas veces, pero de lo que podemos estar seguros es que Dios va a estar a nuestro lado. Sus bondades nunca van a dejarnos, El Señor es para siempre bueno y digno de alabanza. Mientras estemos en la tierra de los vivientes, podemos elevar este canto al Señor confiando y descansando que él nos librará de la muerte, que Él consolará nuestros corazones y alentará nuestro espíritu. Mientras estemos en la tierra de los vivientes, podemos exaltar el nombre del Señor porque Él ha sido bueno con nosotros. 

Podemos terminar diciendo juntos el versículo 5 ¡Qué bondadoso es el Señor! ¡Qué bueno es él! ¡Tan misericordioso, este Dios nuestro! ¡Alabado sea su nombre por siempre y para siempre! 

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